
Hoy llueve de nuevo,
Como si no quisiera esperar,
A que se seque el albero,
A que los niños salgan a jugar,
Miras al gris cielo,
Encapotado, oscuro, incierto,
Que, si no deja caer,
Quizás espere para poderlo hacer,
Brillos de metal mojado,
Que relucen por todos lados,
Charcos aclarados,
Por tanta agua que ha pasado,
La gente camina,
En su impermeable ropa,
Embutida,
Ajena a todo,
Ajena al clima,
Que más dura es la vida,
Caras macilentas, hurañas,
Que si miran, espantan,
Cazadoras de colores oscuros,
Caras, rostros duros,
Y comienza a llover,
Y nacen las sombrillas,
Que te saltan los ojos,
Sin tener pesadillas,
Riadas humanas,
Bajo la cascada,
Que del cielo baja,
Es casi un diluvio,
Lo que cae del cielo,
Y dura hasta el atardecer,
En que concede tregua,
Pero llega la noche,
Y como un reproche,
Todo lo anegará,
Son los días de lluvia,
Las noches de recogerse,
Cuando el agua,
Se enseñorea de la ciudad,
Olvidando la piedad,
Pues sabes que,
En este solar,
el resto del año,
Es un seco lugar.