El Laberinto Sin Solución.
La que tenemos encima, no nos hemos dado cuenta y todo está como casa de estudiantes, el gobierno con sus estupideces continuas, solo consigne que todo esté más confuso, peor incluso, cosa de mérito, pues es difícil hacer más tonterías.
La ley del sí es sí, vaya cagarro, mandar una ley que todo el mundo, más que nada los expertos, te aseguran que va a liarla, y ella, si, la del sublime conejo, como si le sudara, lo que le sudaba cuando cajera, a hacerla oficial, y ahora que alguien le quite la amargura a las que ven como salen del agujero, donde tenían que estar, los monstruos que las hicieron desgraciadas, ¿Cuánto vale eso?, nada debe de valer, para gente como ella, que cuando la veo con sus arengas, me imagino el treinta y seis, y ella con la misma diatriba, solo añadamos la pistola, y lo que le gustaría, el poder de vida y muerte sobre todo aquel que no comulgue con su maniquea ideología.
Y después, vayamos a la ley de los animalitos, madre del amor hermoso, me gustan los animales, pero de eso a ponerles un piso, va un buen trecho, por ello, me temo, yo solo estaré atento a que ninguna mascota, o animal vivo que no sea humano hollará mi casa, pues al tiempo, si tengo que enfrentarme a un humano, siempre será más barato que hacerlo con un animal, aunque este venga a morderme, picarme, o golpearme, que parece que la vida humana, a pesar de las rojeces, cada vez vale menos, y me pregunto, ¿hasta dónde vamos a llegar con estas demenciales estupideces?, y no sé la respuesta, pues cada vez que creo que han parado, sueltan otra mayor, más estúpida, más malvada, más onerosa, o simplemente, más desacertada, que en eso, si dan en el clavo, se cumple la frase esa de, “pídeme lo que quieras, que te daré lo que me salga de los…”