
Plumas de tonos que quieren volar,
pero no logran mi alma pintar.
Los tintes que tengo, los debo cargar,
no hay forma de huir, no puedo cambiar.
La esperanza… tal vez no tiene color,
la alegría, tampoco, si habita el dolor.
Porque en esta vida, sin brillo ni ardor,
solo conozco un matiz inferior.
Oscuro, tan negro, quizá el peor,
pero es el único que da mi interior.
Y miro a mi lado, sin luz, sin fervor…
y todo está gris, sin otro color.