Que puta es la vida del viejo y vamos por la tres.
¿Más cosas que contar de los viejunos?, para aburrir, que queramos o no, con suerte, es el periodo más largo de la vida del que la soporta.
Y pasemos a lo que es cotidiano para aquellas viejas glorias, sobrantes, innecesarias, gastonas, pozos sin fondo y demás.
Hablo del enganche a la píldora, a la pastilla, al comprimido, a la gragea, a cualquier cosa que nos de la esperanza de poder mejorar, o cuando menos quedarnos como estamos, o como estábamos.
¿Quién pasados los sesenta, no cuenta con un dosier, que parecen los antecedentes de un criminal?, todos o casi todos, que hay gilipollas que de no haberse movido para nada, nada padecen, de nada adolecen, que se jodan, que los demás tenemos las cicatrices internas y externas de habernos batido el cobre.
¿En qué casa de jubilados falta, de manera preponderante, la caja de las medicinas?, yo afirmaría que en ninguna, más grandes, más pequeñas, pero indispensables, y si se nota la falta de alguna, la zozobra, el miedo, el que pasará, ¿llegará a ver el mañana?, pero peor es cuando nace la pregunta, ¿me había tomado esta ya?, fantasmas que sobrevuelan la habitación, esposa con la manos apretadas, rezando quizás por tu vida, o posiblemente porque revientes como un ciquitraque, y el agobio, “ahora que estaba bien”, “ojala despierte mañana”, mil frases, que no por hechas son menos repetidas.
Ilusiones de colores antes, ahora todas blancas, como si el gobierno alentara las confusiones, para que más de un viejo se fuera a tomar… que cosas tengo, una imaginación loca, el gobierno, ¿habrá ente más preclaro?, más… me callo que se me nota, el caso es que es un no vivir, que las receten, que las haya en la farmacia, que cuando te has acostumbrado a una que te va bien, te la cambian, pues si te va mal, te mueres con ella; cosas de jóvenes que no quieren creer que serán viejos…seré estúpido, ellos vivirán cuidados por secretarios, por hombres o mujeres de confianza, llamarán a sus antiguos subordinados, que con el saber de sus oscuros secretos, harán cualquier cosa, y sobrevivirán, las esquelas de los hijos de la gran puta, son caras de encontrar, y si hay alguna, son de muchos años, de haber vivido guerras, los demás, si morimos un mes antes de jubilarnos, lo mejor para todos, y viendo lo visto, supongo que es mejor morirse así, para como está todo, que parecemos indios en una reserva, que solo nos miran para saber si nos hemos muerto.
Pero dejemos la situaciones tristes, alegrémonos, quizás mañana no despertemos, problemas que nos quitamos de encima, y a esperar que los hijos de puta, no se hayan hecho con el poder haya donde vayamos, porque si es así, a ver a dónde escapamos.