
Escribo entre paredes,
Rodeado de ordenadores,
Y a pesar de tanta tecnología,
Quebranto la página,
Con una pluma barata,
Que compre hace unos días,
Pues la que tenía,
Ha perdido, con el uso,
Ese delicado trazo que la definía,
Y aquí, al lado del teclado,
Con tantos leds encendidos,
Con esa pluma escribo,
Sabiendo que lo que sale,
De mi destrozada alma,
Necesita esa calma,
Que le da esta escritura,
Quizás los poetas modernos,
Tan llenos de tecnología,
No conozcan cómo hacerlo,
Lo que nosotros, todos los días,
Podemos sentir el movimiento,
De la muñeca cansada,
A la que fuerzas con saña,
Hasta que llega la mañana,
O ese rasgón del papel,
Que suena una y otra vez,
Pues chilla todo el rato,
Porque es papel del barato,
Pues si con eso no querías jugar,
Otro no lo podías pagar,
Así que otro día más,
Aquí me encuentro escribiendo,
Con esa, mi muñeca,
En constante movimiento,
El líquido que mi alma rezuma,
Y que es lo que escribe,
Esta barata pluma.