
Está volviendo el frio, eso, lo soporto, más, después de un verano tórrido, más que eso, sofocante, largo, cansino, exigente, y mil atributos mas, pero lo que más me pesa, es la caída de la noche, el cambio fatídico de solo una hora, que parece anular el día apenas puedes empezar a vislumbrar la calle.
Entras de noche, o como mucho con un día que no llega, eso no es importante, ya veías a tu padre salir así, cuando las farolas eran las únicas que rompían la oscuridad, pero ahora, años después, cuando todo parece que tiene que estar mejor, cambian la secuencia natural, y al sales de trabajar, deseando ver la calle, te encuentras la cueva de los transeúntes muertos, animados solo por las luces, eso sí, de Led, o de cualquier otro invento del siglo, pero el alma cae a los pies.
Nadie en la calle, y si lo ves, es el vahído de un alama irredenta que caldea para llegar a su casa, para esconderse en ella, alejarse del miedo que da la oscuridad, del frio que lo atenaza todo, y de la soledad que envuelve las ciudades como si fuera un osario planeado por una mente podrida.
Llueve, bueno para todo, y la mente se alegra, pero la noche, más si es lluviosa, se mete en el alma, se lleva la alegría, y solo trae el recuerdo de los días de sol y playa, si los hubo, o de los cercanos paseos por un parque casi abandonado, suspiros, a través de las ventanas manchadas por las gotas de lluvia, colocar la mano en el cristal y comprobar que se está mejor dentro que fuera, cuando la realidad, es que dentro, es solo menos triste, tele, Tablet, ordenador, soledad sin compartir, y las luces de la calle que titilan como si tuvieran vida.
El coche que pita, sin sentido, sin por qué, y la lluvia que continúa, decreto de frio de un gobierno más frio aun, menos grados de calor, y maldices, haces lo que te da la gana, y miras a la ventana, esperando algo que nunca llega, suspiro, y en la lejanía…nada, solo oscuridad, cuando la vista sale de la ciudad, si eres afortunado y puedes, o quizás, como la mayoría, solo el color del bloque que tapa la vista, la vida, la alegría…ciudad, solo ciudad, almacenaje de almas bajo la lluvia y cubiertos por el frio.
Y miras por la ventana, esperando algo nuevo, al final, nada, despiertas, es frio, es oscuridad, es…otro día más… como siempre.