
Pájaros negros, de pico dorado,
traen en sus bocas senderos cerrados.
Se posan callados en ramas marchitas,
esperan la vida de almas malditas.
Graznan sin tregua, no piden nada,
solo la esencia de quien se extraviara.
Pájaros negros, de pico amarillo,
devoran gusanos de cuerpos vivos.
Remueven la tierra, buscan sin calma,
el alma errante que cree en su palma.
Pero no saben que todo es incierto,
pues ya su tumba yace en desierto.
Nubes errantes de un blanco callado,
se alzan y giran por vientos guiados,
alas oscuras en vuelo infinito,
pájaros negros de pico maldito.