
Amanece tras de las ventanas,
El día comienza, indolente,
Apenas un trozo de luminosidad,
Es lo que parece regalar,
Y nos enseña las nubes,
Hijas de una humedad,
Que poco a poco sube,
Y niebla en el rio,
Que se irá por la tarde,
Cuando ellos,
Si así lo quieren,
Rompa las hebras,
De pegajosa agua,
Que volverá al rio,
Y el día se despereza,
Con la tranquilidad,
Del que, con asiduidad,
Todos los días lo hace,
Y al final, el sol,
Abandonando, rompiendo,
Las tercas nubes,
Llena de color todo,
Si, amanece,
Quizás sea un buen día.