
Espero el alba renacer,
la luz que empieza a florecer.
El canto puro del naciente,
cuando la sombra es aún presente.
¿Será esperanza? No lo sé,
más su fulgor me invita a ver.
Con ojos tímidos, cansados,
miro sus rayos apagados.
Tal vez las nubes los oculten,
y entre lo incierto se dispulten.
Destino errante, bendición,
o el peso cruel de la aflicción.
Mas ya el destino va trazando,
su largo hilo, su mandato.
Y cuando el día llegue al fin,
sabremos si es pesar o albriz.
Alborada, ya despierta,
ya se insinúa, ya despierta.
Llamando al mundo a comenzar,
¿qué es lo que hoy nos va a entregar?