
Inviernos fríos, como siempre,
con vientos duros, cruel y hiriente.
La mente vaga indiferente,
llena de sombras, gris y ausente.
Colores tibios, luz callada,
nieves que cubren la jornada.
Hielos que matan sin medida,
cristales duros, daga afilada.
Todo en la sombra se ha quebrado,
y el viento, ronco y desatado,
silba entre campos olvidados.
Suena la campana con desvelo,
y caen los copos, van despacio,
haciendo al fin de todo un hielo.