
Cuando el alba, luz temprana,
con su brisa nos envuelve,
despertando a la mañana,
mientras todo se remueve.
La existencia reverdece,
con su cálido fulgor,
y en el alma permanece,
la esperanza de un color.
Pues aún en gélido invierno,
cuando todo es cruel dolor,
nada puede ser eterno,
ni el pesar, ni su terror.
Es la aurora renacida,
es la luz que da calor,
quien nos dice que la vida,
puede ser algo mejor.