
Autobuses de color verde,
Que ruedan entre las calles,
Con ese paso,
Que no pueden,
Ni tan siquiera parar,
En esa parada que espera,
Y que esperando se pierde,
Riadas de cuatro sombras,
De abuelos que ya no saben,
Donde en la mañana perderse,
Oficinistas sin ganas,
Operarios, y gente que,
Con sus manos,
Todo recrece,
Y el autobús verde,
Entre la ciudad se pierde,
Cargado de colores tristes,
De caras apagadas,
De almas sin suerte.