Tiempos marcados por el odio,
Un país que se rompe,
Por la injusticia dividido,
Manadas de borregos,
Ancladas en el olvido,
Creyendo que estar callados,
Hará que pase el abismo,
Monstruos, locos,
Ladrones, pederastas,
Cocaína, dinero, en suma,
Que todo lo calla,
Que todo lo aúna,
Hijos de sexos podridos,
De lúgubres apareamientos,
Criados en la inmundicia,
Revolcados en la maldad más podrida,
Psicópatas asesinos,
Hedonistas activos,
Seguidos de perros y perras,
Que lamen lo que no son hocicos,
Pléyades de puercos malditos,
De desechos desalmados,
De putas hienas,
De hijos bastardos,
Ceremonia de horror,
De dilapidar la herencia,
Que nadie les dejó,
Y que, en putas y coca,
Todo se dilapidó,
Rastreros hijos de cerdas,
Que pagaron en su agujero,
Lo peor del mundo entero,
Lo llenó a pesar del asco,
Hijos quien sabe de quién,
Abortos y mal nacidos,
Esperpentos hijos de puta,
Que todo se han comido,
Y que tú, puto borrego,
Que sirva tu agujero,
Para que lo llenen,
Con lo que les sale,
De esos podridos sexos,
Sufre en silencio, puerco,
Pues tú lo permitiste,
Violaron a hijos e hijas,
Y tu solo sonreíste,
Con la estúpida creencia,
De que, permaneciendo,
Ellos, al final,
Se marcharían.