
El frío, que todo detiene,
Aparece con saña,
Matándolo todo,
Y lo acompaña la nieve,
La escarcha, el hielo,
La pena, el desespero,
Que cubre los viejos tejados,
Que el frio ha paralizado,
Dejándolos de frio, congelados,
Y el bosque cruje,
De árboles reventados,
Que mueren de hielo hinchados,
Y el ciervo se esconde,
Entre la nieve blanca,
Y huye de todo,
Que todo le espanta,
Y el blanco conejo,
Cambia su capa,
Y atento vigila,
Ni con eso escapa,
Ha llegado el invierno,
El que sabes que llega,
Y que nunca perdona,
Pero nunca lo esperas,
Pues tu fe es otra,
Y te deja aterido,
Muerto de frío,
Como si no fueras nada,
Y miras con mirada avergonzada,
Como se queda con todo,
Como no te deja nada.