
Una tarde, un momento,
El engranaje se frena lento,
Sin saber el porqué,
Solo sucede sin más que hacer.
La maquinaria se detiene,
Sin razón que te entretiene,
Como si fuera importante,
Lo es, pero no constante.
Lo es poco tiempo después,
Más tarde se va al revés,
Se olvida con gran rapidez,
Nadie recordará tu tez.
Como si no hubieras existido,
No eres cínico ni con sentido,
Ni trascendental, ya que el mundo
No va a parar en lo profundo.
La grandeza del garbanzo,
Que se creyó un gran baluarte,
Nada cambia en este trance,
Ni lo más mínimo en su andanza.
Gota de agua en el mar,
Solo te disuelves sin pesar,
Carbono, oxígeno, agua,
Nada más queda en tu fragua.
El último suspiro emitido,
Nada tuvo gran sentido,
Si alguien lo oyó,
Al poco lo olvidó.
Se perdió tu ida,
Tu memoria y tu partida,
Tus batallas en la vida,
Ganadas o caídas.
Tus amores y tus odios,
Tus temores y tus despojos,
Tu pasión y tu furor,
Todo se perdió en el vapor.
De todo eso,
Nada quedó en exceso,
Y lo más triste al final,
A nadie importó tal mal.
Es la vida, no eres nada,
Todo se olvidó, hasta tu alma desgarrada.