
Hoy te he visto por la calle,
Orgullosa y magnífica,
Con la cabeza alta,
Tu mirada tan fija.
No me viste, lo sé,
Pero sentí tu ser,
Pasaste justo al lado,
Y quise querer.
Ese segundo lisonjero,
Aun iracundo y sincero,
Me miraste, o eso sentí,
La culpa es mía, lo asumí.
Sé que te dejé, lo sé bien,
Tú aún no sabes el porqué,
Y nunca te lo diré también.
Mil veces pasarás,
A mi lado escupirás,
Y siempre me odiarás.
Eso es lo que habrá,
Nunca dudé el dejarte sola,
Aun amándote como te amaba.
Ahora tienes otro amor,
Me duele y me mata el rencor,
Pero me puedo alegrar,
Aunque dentro de la agonía,
Que ha consumido mi día.
Desde que te dejé, lo sé,
Soy ese maldito Casanova,
Que creías, que volvió otra vez.
Pero no conoces mi historia,
Ni las veces que, en la penumbra,
Solo en mi habitación,
Lloraba en profunda amargura.
Incluso con compañía,
El hombre que conocías,
Lloraba cada día.
Y llegada la mañana,
Parecía que nada pasaba,
Pero esa era mi madrugada.
Y aunque no lo ves,
Aún ahora, lo es.