Hoy, para no Variar

Hoy, para no variar, me he levantado antes de las cuatro de la mañana, eso consigue que mi día, mi puñetero día, se convierta en algo más pesado que un collar de melones… que antiguo soy, pero que valga el vulgo recurso, para lo que quiero expresar.

Por lo menos algo que contar, me ha salido una excrecencia, o como se llame, que la llaman realmente, el callo del escritor, es decir, en el índice de mi mano izquierda, me ha salido un puñetero callo, que molesta más que una suegra en casa, así que me ves, con el premio que me han dado, liado en cinta de las de oficina, con un papel que suele ser de origen del higiénico para que no se me pegue, de esta forma consigo, que al aporrear el teclado, mecánico por supuesto, no me duela, no me haga pensar más en el impacto y subsiguiente sufrimiento, que en lo que realmente estoy escribiendo.

Así que otra tara más, que sí, que significa que he dedicado… una mierda, cuando joven, me salió un callo en lo de coger el bolígrafo, no me dieron nada, solo que se me quedó ahí, hasta que… no recuerdo que pasó, supongo que me lo comí, que algunas veces, el hambre me ciega, como si fuera golfo de pueblo de mar, el caso, es que no me he llevado nada, salvo otra deficiencia más que añadir a la extensa colección que anida en mi cuerpo, solo la visible, la invisible, cuando me lleven  a un aparato de esos, de los que te muestran cómo eres por dentro, se sabrá realmente la cantidad que tengo, suficiente supongo, para que palme de una puñetera vez, que la existencia cansa, como si fuera de pago, que lo es…vaya putada.

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