El día en que yo muera,
Todo seguirá igual.
Amanecerá sin espera,
La vida no se detendrá.
La infancia será olvidada,
Como la pubertad fugaz,
Cuando creías que el mundo,
Paraba si te caías al pasar.
Ahora sabes, en verdad,
Que nada eres, ni serás,
Que tu ausencia significa,
Solo vacío y nada más.
Otra silla vacía habrá,
En la mesa de la humanidad,
Que solo te recordará,
Como signo de mortalidad.
Cuando mueras, todo igual,
Nada en el mundo cambiará.
Te llorarán por un rato,
Solo por verse llorar.
Serás humo en el viento,
Y todo pronto pasará.
Tu recuerdo, una esquela,
Quizás portada, o menos aún será.
¿Qué más da tu humanidad,
Si nada eres, ni serás?
No vivas la vida,
Porque la vida te vivirá.
Te pondrá un cauce estrecho,
Por el cual transitarás.
No mires al cielo eterno,
Mira solo en la oscuridad.
No observes el pasto tierno,
Sino el vacío, el yermo,
De tu amarga soledad.
Rodeado de gente falsa,
Engañado siempre estarás,
Solo morirás al final,
Rodeado de soledad.
Aunque lágrimas te sigan,
La soledad te velará.
Desapareces,
Ya eres nada,
Nunca fuiste nada,
Te disipas como humo,
Y nada queda ya.