Cuando La Ciudad Duerme

Ya no hay sueños rotos

Nadie duerme

La ciudad calla

Solitaria, desvaída

Como deshilachada

Fantasmas de viento solo

Arboles de caduca hoja caída

Ojos de amarillas ventanas que mueren

Patios silenciosos, muertos

Parques abandonados, retiros

Piedra de musgo aita

Caída la verdina muerta

La vida cierra su único ojo

Y todo es oscuridad de silencio

Sonido muerto en las esquinas

Brisa de hierba agostada en invierno

Cálida huida del viento a paramos abiertos

Y suma la brisa que no llega

Y el frio que todo mata

Caras lisas de desconocidos

Sombras fúnebres de lamentaciones hijos

Y la vida que sigue, aunque muerta,

Su fantasma, persiste.

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