
Llueve, como hace tiempo no llovía,
y la noche, aunque parezca mentira, más fría.
Tanta agua cae del cielo,
que llena de humedad y desconsuelo,
y el vapor aplasta en los cristales,
reflejos tristes, de frágiles mortales.
La noche, ¡ay la noche! Madre de pesares,
de los sin nombre, que vagan por lugares,
de los nombrados,
de los olvidados,
de aquellos que no marchan al olvido,
los recordados,
los dolidos,
los hijos de la madrugada,
del alma que se siente abandonada,
y la luz se torna fría,
y lentamente, te envuelve,
te…