¿Quién cuida ya de los Viejos? (Rima)

¿Quién cuida ya de los viejos olvidados,

Pobres seres por la vida relegados?

Pues en la frescura de la juventud,

Se pierde la sapiencia y la virtud.

Los que más han vivido, ahora nada valen,

Todo lo que tenían ya no vale.

A lo largo del camino lo entregaron,

Y hoy yacen en el polvo que dejaron.

Como perros en perreras, caídos,

En cunetas, por todos desmedidos.

Abandonados en asilos fríos,

Donde el buen morir no existe en desvíos.

La soledad es hiena traicionera,

Y la esperanza muere en día nubladera.

Hijos que a sus padres han olvidado,

Nietos desarrapados, desalmados.

Descendencia impura y de dolor,

Que solo quita sin dejar amor.

Se reparten lo poco que aún queda,

Al esqueleto, la última moneda.

El ataúd más barato y escondido,

Una iglesia en lo oscuro, sin sentido.

Una esquela barata en el diario,

Y mañana, el olvido es el escenario.

Mejor así, lo prefiero en mi suerte,

Que alquilar plañideras por mi muerte.

Que el mínimo esfuerzo cueste un precio,

Y al final, la herencia sea desprecio.

Olvidaos de los hijos malcriados,

De aquellos que os quisieron en pasados.

Rebelad lo que os queda de existencia,

Mandadlo todo al infierno en su ausencia.

Reíos de la vida que os dejó,

De aquellos que el blanco respetó.

De los patrones que a los viejos cobran,

Pagados por el tiempo que devoran.

Morid con vuestra dignidad guardada,

Y simplemente, escapad de la jornada.

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