
Cuando se acaba la vida,
cuando el sol se esconde,
cuando llega el ocaso,
y la oscuridad no responde,
siluetas de hueso blanco,
recuerdos de aire calmo,
suspiros en la alborada,
en la noche, llanto alto.
Amaneceres difusos,
que de la razón hacen cuento,
y de la vida un esperpento,
al final, nada, siempre nada.
Siempre es nada,
lo que en nada acaba,
y la vida se disuelve,
en el silencio se va.