La Vida se Marcha como un Suspiro (Rima)

La vida se marcha como un suspiro,

Como el canto de oropéndolas en giro,

Se diluye en las olas del mar,

Como el llanto, que en sirenas va a dar.

Y todo fluye, todo sigue,

Se mece en el péndulo que vive,

De la araña interminable en su andar,

Que gime con el tañido al pasar,

Y los hombres de alabastro caen,

Exhaustos en su vida perecen,

Los cuerpos, de la vida ya descansan,

Se deterioran, en sombras se desvanecen.

Como si nunca hubieran existido,

Y la vida, terriblemente, sigue su latido,

Como si nada hubiera acontecido.

Telas de araña de algodón tan blanco,

Que envuelven el rizo de mi primer encanto,

La caricia de una mano femenina,

Que en el olvido va dejando su rutina.

Se pierden en trazos negros tan lejanos,

Que arremolinan pensamientos tan humanos,

Y buscan desvanecerse, irse ya,

Queriendo de mi vida escapar.

Canto églogas de los primeros desencuentros,

Mientras malvivo, y en el viento, siento

Que me voy, que me pierdo y muero,

Pero lucho, aunque el sabor de la tuera

De la derrota que siempre me quema.

Persiste el olor de la primera urgencia,

La carne prieta que se dio en la creencia

De un placer que parecía no acabar,

Y el recuerdo atrapo, aunque quiera escapar.

Huida va mi mirada en el espejo,

Pero soy yo, aunque no esté en reflejo

Mi alma, que en su distante vida,

Se muestra rota, ya desvanecida.

Olvidada, huidiza en sus senderos,

Con pliegues de abandono tan sinceros.

Y tras ella, el recuerdo sigue,

Persistente en su eco que no me impide.

Tú, en tus pocos años, eres yo,

Solo el tiempo cambió,

Aférrate a los recuerdos y a la vida,

Mírate al espejo, en la partida,

Tú eres yo, yo soy tú en la verdad,

Es así, porque es la única realidad.

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