
Jinetes blancos del alba
Rodeados de fuego en calma,
De castigo y de llama,
Hijos de un dios sin alma,
Vengadores de quién sabe,
Solo somos castigados,
Carne de los condenados,
Hijos de Caín errante,
Somos seres abandonados.
Nos dejas a nuestra suerte,
Pero siempre amenazando,
¿Qué esperas? ¿Nos estás probando?
¿A qué fin, y con qué arte?
Y si la prueba te agrada,
A ti, que te llamas dios,
¿Qué nos darás al vencer?
¿Otra vida que es igual,
Tan malvada como esta,
Que a tu imagen se parece?
Yo prefiero fracasar,
Aunque al final nada encuentre,
Dilapidar lo que diste
Día a día, sin pensar
En lo que a otros dijiste,
Ni destruir mi razón,
Ni vivir con la ilusión
De promesas que no valen,
Ni esperar ningún perdón.
Prefiero solo vivir
Sin la espera de un contrato,
Que aquel que te crea, siga,
El tendrá contigo su trato.
Pero si acaso existieras,
Te aseguro que no importa
Lo que prometas o digas,
Pues en mi vida no vivas
Ya la maldita, está vivida.