El Aire de la Tormenta (Rima)

El aire de la tormenta
Trae recuerdos en tu cuenta,
Ahora que la noche espesa
Enturbia la mente aviesa.

Cuando los aconteceres
Más notables de los seres,
Parecen tan solo escritos
olvidados y marchitos.

La ventana, agua sombría,
Bajo faroles, fría.
Uno enciende su reflejo,
Y otros se apagan de lejos.

La soledad que se acerca,
Como quien, callada y terca,
Sabe que al final la presa
Morirá sin mayor prisa.

Aire, aire, de augurios tristes,
De rostros que ya perdiste,
En sombras de los recuerdos
De fantasmas de los cuerdos.

De las almas ya dormidas,
Almas que ya están perdidas,
Por los sueños ya difuntos,
En su viaje sin sus puntos.

Caras de profundas ojeras,
Antiguas, como las eras,
Maduras o juveniles,
De miradas febriles.

Todas fueron arrolladas,
Por la vida tan marcada,
Por el mazo indiferente
De los días inconscientes.

Y el reloj que va avanzando,
Frío, sigue calculando,
Borra rostros con presteza,
Y la soledad se espesa.

Así, la vida se agota,
Del que una cosa denota,
Que lo dejen marchar ya,
Sin regreso y sin pesar.

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