Desnuda Sobre la Blanca Cama (Rima)

Desnuda sobre la blanca cama,
tu cuerpo en silencio me reclama,
sin decir nada, pero sí lo habla,
y te miro como si nunca te hubiese visto.

Tu bella espalda, sin sábana que la cubra,
tu cuerpo blanco, que mi mente alumbra.
El racimo de tu cabello en la almohada,
y me desvelo, con pasión en mi mirada.

Con cuidado retiro el cabello que acaricia tu espalda,
recorro con mis dedos la curva de tu columna.
Beso tu cuello con deseo y delicadeza,
y lleno de humedades tu cuello, sin pereza.

Sé que te excita, por eso sigo jugando,
me acerco a ti, mi cuerpo te está buscando.
No sé si aún duermes, pero siento calor,
mi miembro te roza, es un tórrido ardor.

Pegado a tus caderas te siento abriéndote,
y se acomodan, esperándome, prometiéndose.
Y entro en la humedad de lo esperado,
mi sexo devorado, ya consumado.

Te mueves con la cadencia del mar sereno,
con la tranquilidad de un placer pleno.
Tu cuerpo amado es mi cielo deseado,
y en tu interior, me siento elevado.

Me llevas casi inerte al paraíso de los sentidos,
donde lo invisible se convierte en latidos.
La belleza reside en el movimiento sutil,
en acariciarte sin que sea evidente sino sutil.

Tu amor explota como un volcán encendido,
aprieta con pasión, un deseo compartido.
Respiras fuerte, el paroxismo te asalta,
tu cuerpo se anuda, amor que resalta.

Como el sarmiento húmedo en su fervor,
estallas con la furia del mar y su ardor.
Con la humedad de ríos desbordados,
deseo incontenido en tus pechos elevados.

Termina la escena, respiración agitada,
piernas y caderas, el amor consumado.
No dices nada, solo tomas mi mano,
la llevas a tu corazón, y aprietas, te amo.

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