Caminé de Nuevo por los Viejos Lugares (Rima)

Caminé de nuevo por los viejos lugares,

mi mente, loca, revive los azares,

el olor de la vida, del paso y del andar,

el tacto de tu tacto en la palma al rozar.

Tus ojos que me miran cuando yo te miro,

en las piedras viejas, tu reflejo admiro.

Ojos claros, blanca risa,

tu falda que se desliza

como si quisiera en un vuelo

llevarte a volar sin duelo.

Cabello negro de luz,

remolino de pasión,

vida que da vida a mi corazón.

Te recuerdo y te vivo,

te siento latir viva,

cuando en tus ojos perdidos

mi corazón se une a tu vida.

Hoy tus ojos no son tan brillantes,

pero en su calor son vibrantes.

Lo que han perdido en fulgor,

lo han ganado en el calor.

Tu falda ya no se vuela,

se queda en casa, fiel centinela,

y cuando la toco con nostalgia,

me recuerda que eres la misma

aunque el tiempo, en su magia,

marque tu pelo con su prisma.

Tu sonrisa sí es igual,

tan constante, tan vital,

como si siempre pudiera verte sonreír,

aunque a veces temo, y me hace estremecer,

que un día me pueda faltar,

y ruego al cielo, aunque no crea,

que sea yo quien primero deba

partir en silencio, como ola en el mar.

Que cuando me vaya, en paz,

pienses en mi amor sin más,

en tu negro pelo, en tu risa,

en tu falda que, como brisa,

volaba libre en su danzar,

y que cuando me mirabas,

mi corazón loco hacías palpitar.

No hace falta hablar más,

ella sabe, sin dudar,

que este poema es para ella, la mujer más especial.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *