
Nubes grises que cierran el cielo
Aire fresco que escapa en la mañana
Gente que pasa, que corre ufana
Que se agita, que trémula
Que como hormigas avanzan
Por el tejido de la calle mojada
Corre, corre, persona humana
De todas maneras no eres nada
Solo una sombra que entre sombras avanza
De casa al trabajo, y cuando terminas
Si el tiempo acompaña
La copa de siempre, el amor adocenado
Y la sombra se diluye en el sol de la mañana
Pero hoy las nubes, sombra, todo lo encapotan
Y te dejan perdida en el país de las sombras
Corre, corre, que te espera la primera mañana
Quizás en la tarde la copa repetida
La mala corrida, sin un orgasmo, ya olvidado
La tez desteñida que devuelve el espejo
La triste mirada, los ojos abiertos
A un gris que se pierde en la venida noche
Y oyes lejanos tus propios reproches
Ya no queda nada, ni ya esperanza
Tan solo lo días que pasan
Como ladrillos puestos en una triste muralla
Suspiras, respiro profundo, tu pecho se ensancha
Tu ser se encoge a la primera mirada
No vuelves la vista, no miras a más nada
Pues sabes que cerca, no hay nadie, no hay nada
Y desnudas tu cuerpo
Y lo envuelves en sábanas
Y el contacto es frio, como de escamas
El calor tarda, casi que no llega
El dormir otra extraña parada,
de un autobús que no llega
Y cierras los ojos, y piensas palabras
Pero por dentro, tus ojos no cierran
No cierra tu alma
Y cuando despiertes mañana
Cansado tu cuerpo, cansada tu alma
Volverás bajo nubes grises
A esperar en la parada
Del infinito autobús
Que te acerca , a cada parada,
A no te importa el lugar,
Pues ahora con tu alma cansada
No te importa el lugar, donde va,
Lo sabes, lo sientes
Y a través del espejo de la ventana bajada
Sabes que ya, qué más da, no te importa nada.