
Hoy soñé mirando las cortinas cerradas
Que tras de ellas se escondía el mar, y las ensenadas
Creí por un escaso momento
Que me llenaba de marisma mi cansado aliento
Sin embargo, sé, pues no soy torpe en mi mente
Que mi deseo no es, sino la vana esperanza
De que algún día, quizás lejano, allí lejos, en lontananza
Mire de nuevo por la ventana de las cortinas cerradas
Y vea como las olas, levantan la arena en su marejada
Quizás graznidos de gaviotas reidoras
Quizás la plata de los lomos llenos de escamas
Pudiera ser, incluso, que vea las barcas varadas
En los puertos que sé, que al final no son nada
Pero me queda ilusión, la del que todo lo calla
De que de mi silencio salga, quizás maltratada
La alegría de la arena, de la que son mis pisadas
Aunque sepa a ciencia cierta que tras de la ventana cerrada
Solo veré cemento que, a fin de cuentas, cualquier vista tapa.