1985. El Pregonero. Al Final el Principio

Uno de los relatos publicados en el Pregonero, el semanario del Ayuntamiento de Córdoba, en el que colaboré, a pesar de muchos, durante un tiempo.

Es grande el lapso pasado, espero que, a pesar de la añada, sea de su agrado.

Pregonero (26) 1985-feb-01

Al Final el Principio

-Muy buenos días, vengo a cobrar el impuesto de apareamiento, son cuatro millones de pesetas, o cuarenta neopesetas, puede hacerlo efectivo ahora mismo, o si no tiene cambio, en cualquiera de las sucursales del Ministerio de Recursos Naturales.

– No, no se preocupe, tengo suelto.

-Pues muy bien, aquí tiene su factura, y recuerde que desgrava de sus impuestos.

– Gracias, no lo olvidaré.

           Antonio vio como el cobrador de impuestos, con una sonrisa, volvía a introducirse en el espaciador corporal.

           Volvió a echarse en la cama, y en el mismo momento sonó un agudo

pitido, seguido de estas palabras:

-Don Antonio, son las seis de la mañana, tiene dos minutos para desalojar la cama, en los dos siguientes tendrá preparado el desayuno, en caso contrario, la cama se contraerá, pudiendo producirle graves daños físicos si continua en la misma.

           Con un gesto de hastío, Antonio salió de la cama y comenzó a vestirse.

-Buenos días, Don Antonio, soy el programador diario, -comentó la voz-, gran cantidad de mortandad en amplias zonas del Sudeste Asiático, debido a la explosión de varias unidades de misiles atómicos. Tensión en aumento entre el Bloque Boreal y el Bloque Sur. Importante victoria de nuestras fuerzas en el África Oriental, al esparcir el virus de la peste negra, se calculan los resultados en doscientos cincuenta millones de muertos, aunque fuentes cercanas al Ministerio de Defensa niegan que esta cifra alcance más de los doscientos millones. Hoy ha desaparecido la especie conocida como Equus Equus, el último ejemplar que se encontraba en la colección del millonario Sr. Van Ripple, ha fallecido víctima de unas fiebres desconocidas, no obstante, cincuenta y dos litros de semen del citado animal se encuentran en el Museo de Ciencias Naturales, con lo que se confía en que próximamente se pueda volver a poner en funcionamiento dicha especie, debidamente genetizada como es norma. Nos despedimos hasta que usted vuelva del trabajo en el Centro de Seguimiento y Control de la Traición.

-Muy buenos días. Le dejamos con la sintonía de siempre y a cualquier precio venceremos.

           En la pantalla aparecieron alguien, “hoy es el 22 del mes de la fuerza, del año 136 D.V. (Después de la Victoria), son las seis y dos minutos de la mañana, luce el sol, y sólo una ligera neblina de polución cubre este diáfano día, la humedad ambiental es del 324 por ciento, su trabajo es el habitual, y no hay nada preparado para variar el régimen de comidas, por lo cual le rogamos ojee el menú número 147. Gracias”

           “Ahora, si lo permite, voy a continuar con el Boletín de Noticias Mundial.

           Continúa la escalada bélica, hoy han tenido que ser desalojadas chicas desnudas cantando la canción referida y anunciando el nombre de una conocida marca de cópulas.

           Antonio les echó una mirada sin interés y cogió el vaso de leche uperizada

y descremada que le ofrecía la blanca e higiénica máquina de desayunos. Con la mente en blanco dejó caer el cuerpo hasta apoyarse en la blanca pared, su mente se vio completa de imágenes frías y grises.

           No comprendió como podía despertarse otra vez a un sueño que odiaba tanto. Un agudo silbido, y oyó una voz tersa y arrulladora que le recordaba que el trabajo comenzaba dentro de diez minutos, y le comentaba en tono impersonal que, si no quería perder los beneficios otorgados por ser un funcionario modelo, debía de darse prisa para no apuntar en su expediente una mala nota.

           Le dieron ganas de llamar al Departamento de Suicidios y dejar número, el 3452 KKNT, y acabar de una vez, pero no era solución, mejor era la inercia, si los llamaba, y en el último momento se arrepentía, perdería el derecho a ser funcionario, y al final lo considerarían un asocial, con lo que acabarían suicidándolo después de un informe del Centro de Seguimiento y Control de la Traición.

           Como flotando, se introdujo en el terracar que le llevaría directamente a los sótanos de las Oficinas de Control, en la Avenida Gran Capitán, ¿Avenida?, pensó, ¿qué significaría esa palabra? en algún otro tiempo, quizás fuera el nombre de una máquina, o de algún héroe, pero ¿cuándo y quién?, de todas maneras, no importaba, abrió el portafolios y de un bote verde sacó dos pastillas relajantes que se introdujo en la boca, subió en el ascensor a la decimoctava planta del Centro, y con calma se sentó en el sillón de su despacho, se desabotonó el pecho y se colocó los dos electrodos, uno en la cabeza y otro en la tetilla izquierda, comenzó a teclear.

-DISPUESTO PARA PRUEBA RUTINA A.

           Inmediatamente la máquina comenzó a lanzar rugidos, improperios, todos contra su persona, poniendo en duda su hombría, sus ascendientes, después continuó denostando al Gobierno, así durante quince eternos minutos.

           Más tarde apareció en la pantalla:

           FINAL PRUEBA. SIGA INSTRUCCIONES EN EL CASO DE QUE NO FUERAN LAS HABITUALES.

           Al momento apareció sobre la consola un diagrama en el cual se reflejaba la tensión de Antonio, sus niveles, y al final una recomendación.

LA TENSION HA SUBIDO DOS PUNTOS. DUPLIQUE LA DOSIS DE SEDANTES.

COPULE DURANTE UNA SEMANA DIARIAMENTE. GRACIAS.

           Al final, siempre el mismo consejo, todo se arregla con la misma solución, demasiado fácil, pensó Antonio, no pueden solucionarse todos los problemas con solo pastillas y muñequitas, pero así parecía.

           Anodinamente prosiguió con su trabajo rutinario, sujetos asociales, individualistas, genetistas, sectarios, y demás gentuza, ¿o no era gentuza?, mejor no cuestionarlo, era peligroso.

           El tener en una mano la solución de una vida planteaba a veces cuestiones similares, pero a fin de cuentas eran números, y él sólo eliminaba números.

           Tecleó sobre la consola.

DOSSIER 136 – 1. N· 3425 LJNT.

BLANCO.

TREINTA Y DOS AÑOS.

TIPO CAUCASIANO

MORENO.

DOS MATRIMONIOS.

           Malo, pensó instintivamente, apegado a las viejas costumbres.

VETERANO DE GUERRA.

DOS CITACIONES Y UNA MEDALLA.

INVESTIGADO EN CINCO OCASIONES.

CODIGO AZUL COMO MAXIMO.

           Si hubiera sido código negro en alguna anterior ocasión, habría sido eliminado.

DETENIDO POR REALIZAR ACTOS SEXUALES CON UNA PERSONA NO PROGRAMADA COMO COPULADORA.

           Eso tendría que ser fascinante.

DETENIDO POR MANIFESTACION CONTRA LA MATANZA DE WIL DION.

           Yo también me hubiera manifestado si hubiera tenido agallas.

CINCO AÑOS DE CONDENA EN LA PRIMERA OCASION Y CUARENTA

EN LA SEGUNDA, CONMUTADA POR ALISTAMIENTO EN BATALLON DE ROBOTS ASESINOS.

ULTIMA ACTIVIDAD, ADOCTRINAMIENTO CRIMINAL A ALUMNOS DE LA UNIVERSIDAD.

           La máquina se apagó por un momento, y al instante siguiente apareció sobre la pantalla una rutinaria y triste pregunta.

¿PROGRAMACION DE CODIGO?

           Esta vez, como en la mayoría de las ocasiones, la respuesta fue instintiva.

NEGRO, ELlMINACIÓN.

           Una y otra vez, una y otra vez, siempre lo mismo, al llegar a este departamento, pocos eran los afortunados que escapaban con un Código marrón o azul, la mayoría eran eliminados sin ningún tipo de revisión formal, eran castigados como delincuentes en flagrante delito, la inapelable justicia del sistema, que no conocía piedad para los enemigos del régimen.

           Por fin terminó el trabajo, vuelta a casa, doscientos veinte expedientes más que había resuelto eficientemente, como si no fuera con él, todo aquí era tan fácil.

           Durante quince años, nunca había tenido la más mínima duda ni cuestionamiento sobre las bases del sistema, y ahora, ¿por qué? Quizás sería senilidad, a los treinta y cinco años, en esta sociedad, se está quemado, o por lo menos en este momento él lo pensaba así, pero no era fácil ni difícil, había nacido y vivido siempre aquí, nunca conoció otra cosa, ni nunca la conocería.

           Hoy se acostaría temprano, estaba cansado, realmente cansado, programaría todas las máquinas para que le despertaran un poco antes, sí, se acostaría temprano, se echó en la cama, y sin saber por qué, la cabeza empezó a darle vueltas, sin duda era la depresión que le había estado rondando todo el día, la que intentaba apoderarse de él.

           Tranquilamente, abrió la cómoda y del interior sacó un bote blanco, ¿o era azul?, de las píldoras antidepresivas, sacó dos de ellas, pero lo pensó mejor y en las manos depositó un número cuatro veces mayor de cápsulas, de todas maneras, no importaba, así se evitaría el tener que tomar después otras cuantas pastillas para dormir.

           Pero los fantasmas no se marchaban, todo era gris, y cada vez más negro, se asustó, pensó en llamar a que le mandaran una copuladora, siguiendo los consejos de la máquina, pero no podía despegar una mano de la otra.

           Con esfuerzo lo intentó una y otra vez, pero el cuerpo parecía no responderle, por fin, poco a poco, fue venciendo la inercia que hacía que las manos se mantuvieran entrelazadas, pero al marcar sólo daba un número.

           Al acercar el oído al auricular, oyó una voz que le decía casi tímidamente:

-Departamento de Suicidios, por favor, su número de identificación,

y, no se preocupe de más nada …

           Antonio, oyó, como otra persona que hablaba con su voz, decía: 452 KKNT.

Pedro GONZALEZ