La Delgada Línea Roja

El título de una película, que, por cierto, no me gustó, sirve hoy para encabezar lo que escribo, ¿a santo de qué?, pues las traídas y llevadas elecciones, las cuales, por primera vez en la vida, son definitorias.

¿Qué quiero decir con eso?, pues que pueden significar, lo del chiste, estábamos al borde de un precipicio, y hemos dado un paso hacia adelante, y solo falta explicarlo.

Todos sabemos que estos tiempos en política han sido extraños, han gobernado seres que tenían que haber quedado en su sitio natural, las alcantarillas, escondidos entre los suyos, destilando el odio que les invade sus negros corazones, y no derramándolo en leyes estúpidas, creadoras de confusión, de malos augurios, hablo de lo que la extrema izquierda ha sacado de sus mazmorras gracias al apoyo de ese personaje, que por desgracia pasará a la historia haciendo bueno hasta a Zapatero, que ya hay que ser penco para eso.

Nuestro querido presidente, Falconetti, que le gusta el gasto por gastar, es algo como un psicópata bien comido, persona a la que solo le llena el espíritu conseguir lo que quiere, que es eso, el máximo poder, hacer lo que le dé la gana, tratando a todos los que le rodean, si, los cuarenta y tantos millones, como pedazos de carne, que solo le resultan útiles cuando necesita algo que no puede obtener de otra forma, léase, por ejemplo, las elecciones.

Comentan que es un superviviente nato, también lo es la peste bubónica, el cáncer bien agarrado, y las enfermedades de transmisión sexual cuando la cepa es dura, pues si, este señor, hace lo que sea, si, lo que sea, por continuar en el poder, vendiéndolo todo para continuar incólume; si conseguimos echarlo, renacerá en Europa, en la ONU, en cualquier lado, es como el sida, difícil de curar por muchas medicinas que le metas.

Pero dejemos el cazo y vayamos con la mopa, hablo de la Barbie destruida, de la vedette deformada, si, la que nos da todo lo que queramos, bonos, regalos, dinerito contante, si pudiera hasta…, pero vayamos a lo serio, si esa, cogiera el poder, haríamos buena a Corea del Norte, esa señora, o lo que sea, es quizás la mente más perversa que existe en el panorama político, si no, ¿cómo se ha cargado a la Montero?, bruja decimonónica donde las haya, apoyada, mejor dicho ahombrada por Pablo el Opositor Renegado, el cual como un Maquiavelo de medio pelo, intenta llevar los hilos de unos muñecos ajados, a los que a estas alturas, el que haya querido, le ha visto el culo.

Esta es la realidad, no quiero votar derechas, pero que difícil me lo ponen, la izquierda juega a perpetuarse, a conseguir aquello de lo que una guerra le privó, de la que han sacado los fantasmas para que les ayuden, de tal forma que las chekas, la opinión única, el miedo al vecino, la delación, vuelva a ser el elemento esencial de nuestra vida.

Por ello, al principio hablaba de la delgada línea roja, que puede hacer que vayamos hacia un lugar del que nunca se podría salir, hablo de esa, la forma menos mala de gobierno, la democracia, la cual, cuando el malo la maneja, desaparece…mal asunto el que nos jugamos en unos días.