Hoy, Como No Era Menos, La Noche

Hoy, como no era menos, la noche, y con ella, la sensación de que las cosas, lo sucedido, debe de ser puesto en orden.

              Vienen nubes, el aire se ha tornado húmedo, con la densidad de la tormenta que se aproxima, ¿Qué poner en orden?, no lo sé, ¿de cuándo?, menos aún.

              Miro el teclado con sus luces anaranjadas, puestas al mínimo de luminosidad, y es como si quisiera preguntarle, que me respondiera a una pregunta que no le he hecho, dime, ¿Qué es lo que tengo que poner en orden? No me responde, un clásico.

              Supongo que todo es cuestión de balance, de ying y de yang, del equilibrio universal, ¿es necesario?, no creo, el mundo es inestable, el dominio de los desequilibrados, es lo que hay, no relato, solo constato.

              El mundo está ensoberbecido en su prepotencia; quizás el virus nos ponga en nuestro sitio, ¿Cuál es?, el de míseros animales, porque el que se comporta como algo, al final, es ese algo.

              ¿Que poner en claro?, ¿la miseria de las vacunas?, no, ya estoy cansado de que aquellos que tienen que defendernos, se dediquen a maldecirme por opinar, por ello, solo digo que es de justicia la barrabasada que está haciendo, ¿o no haciendo?, ¡qué más da!, lo único cierto, es que estamos en la lotería de morir, abandonados a la suerte por unos cuantos… dejémoslo, el caso, es que espero que no te toque, ¿o quizás, mejor tú que yo?…

              No lo sé, es complicado, puedes ser altruista mientras que el dolor y la enfermedad no te devoren las tripas, cuando eso sucede, te lo aseguro, sale un animal que no sabes que llevas dentro y… ese quiere sobrevivir a toda costa. Lo único bueno, por lo menos en mi caso, es que apenas han sido un par de veces las que ha aparecido, la mayoría de los que se dicen humanos, lo llevan por bandera, así nos va, y lo peor por llegar, ¿o no?, quien sabe.

              Lo único que sale de este soliloquio… no tengo ni idea, ¡la noche que mala es!, cuantas cosas aparecen cuando estarían mejor en el limbo de la inocencia, pero ya se sabe, no escarmiento.