Que Calor

Que calor, parece que estamos de nuevo en verano, me he quedado traspuesto, apenas traspuesto, apenas unos segundos, y he recobrado la conciencia creyéndome en Agosto, el tiempo que no termina de coger el carril bueno.

Así nos luce, que sales a la calle, y en Octubre casi, y caminito de sombras, que los bombones por el sol… o lo otro, que da igual.

En fin, me siento mal, no he ido de vacaciones, aunque para lo que sirve, si te metes en la playa, eres un boquerón más en un criadero, todo está caro, y si vuelves de ellas, es reconcomido del dinero que te has gastado, eso es lo que decimos los que nos quedamos aquí, no porque no queramos, sino porque no podemos.

Que tristeza, quedarse solo en el edificio, parecemos los guardeses, eso y que salimos menos que los niños del hospicio, aunque también tengo que decir, que me he cansado, a estas edades, de lo que me puede contar mi prójimo, si es que alguna vez lo fue, así que sigo la norma que implantó quien fuera, pero inteligente, “mejor solo, que mal acompañado”, algo que ahora está de moda con lo de la pospandemia y la era de internet, porque ver a alguien a través de la pantalla, no es que sea mucho de trato humano, eso sí, los mentirosos están disfrutando como enanos, y los que no lo son, con la calidad de la distancia, terminarán siéndolo.

No es que no comprenda los nuevos tiempos, claro que los comprendo, lo que si es cierto, es que me alegro de haber nacido cuando en vez de ciberataques, había hostias como panes, cuando al que rajaba de ti, lo esperabas en la puerta del colegio, cuando mi padre no apareció por el colegio ni una sola vez, y yo no era un santo.

              En fin, cosas que cualquiera de la que los Buenecitos de ahora, porfiarían como locos, he hablado de violencia física, de abandono de menores, de mil cosas, que en mis tiempos eran lo común, no eran lo mejor, pero supongo que, si hubiera nacido en esta época, sería aún más asocial de lo que soy, es decir, no es que me vino bien, es que…piensa lo que quieras