La Rebelión De Los Borregos

Harto estoy de mamones y de mamoneos, de palabras y de malos hechos, de mucho lirili y poco lerele, estoy cansado de mi país.

              Mi madre decía, cuando alguien tenía poca voluntad o era de mediocre vergüenza, “que tragaeras (sic), tiene”, y por desgracia, eso se ha convertido en norma general en nuestra actitud.

              Tragamos lo que sea, aceptamos cualquier cosa, venga de donde venga, sea cual sea el resultado que no es difícil de prever, siempre que no nos molesten, ni nos escondan el mando de la tele.

              Y así seguiremos, hasta que llegue un momento en que la situación haga que nos rasguemos las vestiduras, con el dolor impropio, como si no lo hubiéramos sabido de antemano.

              ¿Que los catalanes rompen España? … eso… veremos…

              ¿Que los vascos rompen España?… pues, pero no, no creo.

              ¿Que los Gallegos se hacen independientes?… venga ya… eso es imposible.

              ¿Que los Marroquíes nos quitan las Canarias, que nos joden Ceuta y Melilla?, … eso no se lo cree nadie.

              ¿Qué el gobierno actual, se parece al Frente Popular, más que el Frente Popular original? …. eso lo dice alguien de derechas, seguro, y de las duras.

              ¿Qué Europa nos ningunea?… eso son apreciaciones de mentes mal pensadas.

              ¿Qué se están creando, de nuevo, las dos Españas?, eso seguro que son también los de derechas.

              ¿Qué se está creando un estado de desigualdad?, otra vez las derechas.

              ¿Qué tanto se aprieta un globo, que al final revienta?, ya estamos con los agoreros, seguro que de derechas.

              Al final, por mucho que me pese, seremos un país de cochinos, pues nos comemos cualquier mierda que nos manden.

              Sin criterio, sin gana, obviando lo que no nos arrolla personalmente, como si solo le pasara a otros, es una pena, una vergüenza, que los habitantes de lo que quiera que sea este trozo de tierra, no nos preocupemos por nada, que no sea por nosotros mismos, y por medrar, sin importar el precio de aquello que hacemos. Por desgracia nos merecemos lo que nos pase, y no os preocupéis, la vida es una perra, nos lo va a cobrar, y con intereses, seguro.

              La Seguridad Social, un desastre de los grandes, las jubilaciones un desastre aún más grande, cualquier cosa que mires a tu derredor es solo el germen de un problema.

              Mandemos los médicos de la S. S. a Inglaterra, así nos vengaremos de ellos; les hacen falta sanitarios, pues allá van, que se van a hartar, la venganza por la Leyenda Negra podría ser.

              Nosotros, los mayores, que nos armen y que nos manden contra los Marroquíes, primero porque de cojones andamos mejor, y segundo, porque si morimos, problema que le quitamos a este país agonizante.

              Ya odio a los catalanes, desprecio a los vascos, ya no me gustan los gallegos, los políticos y la política, me parecen engendros nacidos de las putas de Babilonia, los entes públicos, satrapías en la cuales, revientan cerdos en orgias de dinero ajeno, entre raudales de productos colombianos.

              ¿Sodoma y Gomorra?, cualquier de los barrios de mi ciudad, de tu ciudad, de cualquier ciudad, y no preocuparos, el fuego caerá sobre todos, y esperemos que nos queme rápidamente, pues si lo hace uno a uno, en cadena, veremos rabiar al vecino, creyendo que a nosotros no nos puede pasar, hasta que nos pase.

              Hijos de sur de Europa, África empieza en los pirineos, y a partir de allí, pequeños países, satélites tristes remedos de algo que fue, en ese momento, esclavos de los designios de cualquiera con una porra, ¿Qué esperan?, ¿Qué esperamos?, al final, siempre, cada uno tiene lo que merece, y solo espero eso, para todos aquellos que pueblan esta, nuestra tierra.