Carpe Diem

Todo el mundo conoce la locución latina, “aprovecha el momento”, pero pocos saben que la frase sigue.

“Quam minimum credula postero”, no confíes en el mañana.

              Esa es la frase completa que se le atribuye a Horacio, y que, a estas horas, sean estas las que sean, os preguntareis a que viene, bien, pues paso a explicaros, pues deberíais de saber que mi cabeza anda de forma, por llamarla suavemente “deslavazada”

              Todo nace a raíz de un artículo que he leído, en el cual se informa de que Holanda aprobará una pastilla, solo una, para el suicidio, y se les dará gratuitamente a aquellos que con más de setenta años la soliciten.

              Según parece, las personas mayores de sesenta años, aun gozando de buena salud, comienzan a estar en los índices de depresión, que se elevan conforme el tiempo avanza, hasta llegar a números sorprendentes en los setenta y posteriores.

              Estemos de acuerdo o no con la eutanasia, lo cual no es relevante, pues es elección personal, lo que, si es cierto, es que la edad, hace que la vida cada vez sea menos soportable, deseada, pasando a convertirse en una losa que nos oprime el pecho.

              Una vez explicado esto, retomamos la frase del principio, Carpe Diem, y la recomiendo a aquellos que aún pueden variar el ritmo de vida, ¿Qué quiero decir con esto?

              De nuevo paso a explicarme, que me cuesta hacerme entender. Soy persona responsable, trabajadora, de las de confiar, de las de no descansar, de las de terminar las cosas, de las de preocupaciones y responsabilidades, y de las estúpidas, que creía que cuando todo llegara cierta edad, podría disfrutar de una cómoda vejez.

              Mentira, todo mentira, te pondrán todos los impedimentos para que puedas disfrutar de lo que a fin es tuyo, la pensión, lucharás como gato panza arriba, y te castigarás más el cuerpo, ya castigado de por sí.

              Supongamos que lo consigues, que ya lo tienes, aunque no sea lo deseado, ¿creéis que tu ajado cuerpo, te va a permitir disfrutar con el ansia de los años pasados?, no seáis pánfilos, os levantareis conociendo cada músculo, cada tendón, cada hueso, pero no por ser médicos, sino por el dolor que producen.

              Pastillas como si fueran golosinas, apetencias de nada, somnolencia y cansancio; generaciones pegadas a tus ubres que te impedirán moverte, y tú, con la fuerza del ganado en toriles, cuando se barruntan lo que les queda, y que va a ser peor incluso de lo que se pueden imaginar.

              Y ahora viene mi conclusión, la del viejo, que más sabe por lo vivido que por lo suyo, y os digo, olvidaros de cualquier responsabilidad, dejad que la vida os arrastre, que una vorágine os lleve, que un día de diversión sea la continuación del anterior, vivid como si no existiera el mañana, y no creáis nada de lo que se escribe con mayúsculas, Patria, Responsabilidad, Esfuerzo… y cientos más. Solo son eso, palabras, que ha escrito otro para que seáis descerebrados esclavos, que se conformen con las migajas que otros dejan, pues ellos si las viven.

              Cread riqueza, si es para vosotros exclusivamente, apropiaros de todo, no sintáis nada por nadie, dejaros llevar por el hedonismo, por el placer en sí mismo, y si reventáis a temprana edad, eso que os lleváis, pues yo, que he hecho totalmente lo contrario, aquí estoy, escribiendo estas palabras.

              Y si alguno quiere saber dónde me encuentro, repito, aquí estoy, esperando la pastilla, la maravillosa píldora que me haga huir de este mundo miserable.

“Para lo vivido, mejor no haber nacido”