Cartas a Nadie. Todo Se Va A La Mierda. Exactamente

Nos profetizan una época feliz tras la pandemia. ¿seguro?, en ese caso, supongo que se levantarán los muertos, aquellos que lo han perdido todo lo recuperarán en apenas un batir de alas de una mágica hada. Realmente, somos gilipollas.
¿Quién se salva?, ¿Quién se salvará?, los que tienen contactos, dinero o poder, los demás verán como a cada minuto merman sus economías, hasta el punto de que, en un momento dado, les será difícil hasta encontrar alimento. ¿exagero?, eso espero, pero no pintan bien las cosas.
¿Qué verdad nos han contado?, a mi pocas, por no asegurar que ninguna.
“SE DARÁN AYUDAS” … vocean los voceros, y los que no tienen enchufes se preguntan, ¿Dónde están?, pues eso, en el limbo de los estafadores y trileros, hijos de mujeres que venden sus cuerpos por pocos euros, casi gratis.
Es la perversión de los fuertes ante los imbéciles, porque la debilidad no está en el carácter, sino en la esperanza mal fundada, ¿Quién os va a ayudar, imbéciles?, ¿el presidente de turno, la puñetera Europa, los maravillosos alemanes, quizás los excelsos franceses?, vaya pandilla de cabrones dentro de nuestras fronteras, idiotas, si llega algo, cosa que dudo, llegará a los de siempre, y vuestros hijos, hijos de imbéciles, se comerán los mocos, que es lo único que les quedará a esas miserables crías de gente sin carácter ni resolución, que prefieren morir en el limbo que defendiendo sus derechos.
¿Pandemia?, sí, pero también oportunidad para el latrocinio final, para que los carroñeros os roben lo poco que tenéis, estúpidos especímenes dominados por la comodidad y el miedo.
El que por su gusto lo matan, hasta la muerte le sabe bien. Imbéciles, que os aproveche.