El Ahorcado de la Calle Infantas

Moraba en esta calle el escribano D. Rafael Vázquez de la Torre.
Dicho señor tenía en su casa un ama de cría; ésta mantenía relaciones amorosas con un joven que le hablaba por espresada reja, y sin que sepamos el motivo, cortaron de pronto sus relaciones, quedando ambos en libertad de hacer su gusto; mas el joven formó empeño en reanudar aquellas, yendo casi todas las noches á ver si conseguía aplacar la cólera de su amada: al fin logró que bajara á oir sus ruegos, y viendo que nada alcanzaba, le dijo que aquella misma noche pondría fin á su existencia si continuaba desoyéndolo; tomólo á bromas de novios y entróse sin hacerle el menor caso: dos horas después, el Sr. Vázquez bajó con una luz en la mano á cerrar la puerta de la calle; mas al pasar frente á la reja vio una cara de hombre; preguntóle qué esperaba, y notando que no le respondía, se acercó con el belon, volviendo horrorizado y dando gritos, los que repitió por el balcón; entonces acudió gente, encontrándose con que el novio de la nodriza se había ahorcado de la reja con una faja negra de seda que llevaba á la cintura: nosotros fuimos de los primeros en llegar, llamándonos la atención ver que aquel hombre había tenido que doblar ambas piernas por las rodillas para consumar su intento, toda vez que el lazo no estaba ni á dos varas de altura, circunstancia que hizo á muchos presumir si el crimen se habría perpetrado en otro lugar, trayendo el cadáver para desorientar al Juzgado; pero la declaración de la nodriza demostró ser un suicidio.