Córdoba y sus Tres Culturas

Harto estoy del sonsonete de la perfecta armonía de las tres culturas,

árabe, cristiana y judía en los tiempos de la dominación musulmana de la

península, más concretamente en Córdoba, la que fue durante mucho

tiempo capital del Emirato y del Califato.

Cualquiera que me medio conozca, sabe que me encanta el patrimonio de

esa época, pero de eso a decir que era un periodo digno de reflejar en

piedra con ribetes dorados, me parece que se le ha ido un poco la olla.

Y hablo concretamente de cuando uno de los presidentes de nuestro

excelso, inteligente, y honrado gobierno, tuvo a bien calificar de esa

manera el referido período.

Todo el mundo sabe que la labor de un político es recitar las palabras

escritas por un tercero que sigue las instrucciones de un cuarto, siguiendo

las directrices de un quinto elemento, pero si se le puede pedir en

cualquiera de los grados descritos que se informe meridianamente acerca

de lo que venden, bien es cierto, que venden lo que la gente quiere

comprar.

Consideremos por un momento que aplicamos las mismas reglas

existentes en aquel período y las trasladamos a la actualidad, visto que

según este grupo de pensamiento, supuso la mejor de las realidades

existentes, es decir un modelo a seguir.

Veamos cómo quedaría la realidad, viendo que nosotros los cristianos (no

es cachondeo), somos ahora la cultura dominante.

1:- Los cristianos seguiríamos pagando los mismos impuestos, sin embargo

judíos y musulmanes, pagarían el doble, y si surge la necesidad hasta

cuatro veces más, en caso de impago este se traslada a los hijos.

2.-Ningun musulmán ni judío podría ir en coche ni en caballo.

3.-Los judíos y musulmanes se levantarán inmediatamente cuando entre

un cristiano, sea el lugar que sea.

4.- Ni judíos ni musulmanes, podrán llevar ropas ostentosas, ni hacer

profesión publica de su fe.

5.- Ningún edificio musulmán o judío podrá ser de más altura que el

cristiano cercano, debiéndose de derribar el exceso a costa del musulmán

o judío que lo hubiera construido.

6.- Ningún cristiano podría servir o trabajar a las órdenes de un musulmán

o un judío.

7.- Habría que decidir porque lado pasan en concreto los judíos o

musulmanes al cruzarnos con ellos, pues para nosotros no hay lado

impuro.

8.- Ultrajar o menospreciar la fe cristiana, la biblia o cualquiera de sus

personajes será castigado con la muerte.

9.- En cualquier momento se puede decretar la guerra santa por la cual

vas directo al cielo si lo que estás haciendo es matar musulmanes o judíos,

el estado (por supuesto cristiano belicista) proveerá de los medios

necesarios, y en todo caso, ayudará en la misma.

Pues este sería, sin entrar en profundidad, que muchos más preceptos

ahí, algunas de las normas de obligado cumplimiento en una nueva

Córdoba de las tres culturas, sé que a algunos se les hace la boca coca

cola, pero no creo que sea posible, vivimos en un estado de derecho,

débil, maltrecho y víctima de violación continua, pero a pesar de todo no

podríamos llevarlo a cabo, lo que está bien.

Por eso cuando se habla de las tres culturas, se inventan películas de algo

ideal, de algo a rememorar, de una situación que deberíamos de ensalzar

y procurar que el futuro se decantara en esa dirección.

Posiblemente en aquellos tiempos era algo diferente, donde normalmente

se trataba peor a los pueblos conquistados, eso no lo discuto, ¿pero

convertir nuestras ciudades en capitales norteafricanas, donde seríamos

felices rodeados de musulmanes que tienen su propia idiosincrasia, su

formas de vida, diferentes totalmente a las nuestras?, sería como

preguntar ¿Cuándo te vas de Córdoba?, pues cansados estamos de ver

cómo se prima a aquellos, que sin DNI, son receptores de todos las regalías

del estado, basándose en principios que a ellos no les afectan, cuando los

propios, es decir nosotros, somos abandonados como si nuestra existencia

fuera algo casi despreciable, pues no es de actualidad ni políticamente

correcto defender a tus propios conciudadanos.

Cuando a mí me preguntan si mi país en un estado de derecho, dudo

mucho tiempo para responder a su pregunta, al final contesto, “si es un

estado de derecho, aunque no defiendan los míos”, en esos momentos

callan ellos también, y responden “perdona, había olvidado que eras

español, lo siento”.

Es solo mi opinión, sea acertada o no, es lo que pienso. Nada más.

Pedro Casiano González Cuevas 2.018