
Amanece en la ciudad muerta
Brumas de siluetas perdidas
En la inmensidad de las avenidas
en las riadas de sombras
Amanece en la ciudad acabada
Abortada de vida
Venas de muerte
De cansancio, de fatiga
Amanece en la ciudad olvidada
Donde a la mañana
Se reúne la manada
De almas tristes, acabadas
Amanece en la ciudad sin sueños
Donde sus moradores siguen huecos
Donde los borregos, en su manada
Siguen a lobos y a sus camadas
Amanece en la ciudad sin vida
Solo se mueve, sin cerebro
Ajena a todo, a la fatiga
Encogida de hombros, resignada.
Amanece en la ciudad… ¿Qué más da?