Mi historia de Córdoba, escrita por un Cordobés. Primera parte.

Primera parte, nacimiento de la ciudad, y la conquista Romana.

Sírvanse vuesas mercedes leer estas palabras, que una detrás de la otra, intentan explicar al profano y al entendido, fuera de lo que es el estereotipo, de lo que realmente es Córdoba, lo que significa ser cordobés, y despejar algunos de los complejos que nos atenazan a aquellos que vivimos bajo la sombra de nuestro gigantesco legado.

Córdoba, es Córdoba, nada más, nada menos, perogrulladas aparte, solo aquellos que hemos sido criados, amamantados aquí, podemos saber, que no es en denuesto de los demás, sino defensa de lo propio, que no mejor que de los demás, pero tampoco menos.

Pero comencemos, que nos atrasamos más que un reloj de palo, bien, como decía, el ser cordobés es algo que esta fuera de la comprensión de aquellos que no han sentido el alma de nuestra tierra, de nuestra felicidad y de nuestras vicisitudes.

Nuestras raíces se hunden en períodos que ni se pueden datar, asentamientos aquí los hubo desde tiempos inmemoriales, la primera constancia que se tiene como ciudad, viene de nuestro propio nombre, según parece, soy lego en la materia, el primer nombre de esta mi cuidad fue celta “Kor Ubar”, que según parece en celta significa empalizada o asentamiento en el rio, primera sorpresa ¿hasta aquí llegaron los celtas?, pues si amigo mío, no me mire con cara de sorpresa, que no tenemos el trébol celta en el escudo, pero también estuvieron aquí, mala suerte, más sangre de celta a repartir, da fe de ello el nombre de algunas de nuestras poblaciones, de más clara definición que el de la propia capital.

Lucena, industrioso pueblo, toma su nombre del dios Luk, la Wikipedia, la sabia escondida entre millones de terabytes nos da la siguiente definición:

“Lug, Lugh o Lugus no es el dios supremo, sino un dios «sin función», porque tiene todas las funciones. Por esta razón también es conocido como: Samildanach o el múltiple artesano de la mitología celta, no solamente porque está en la cima de la jerarquía, sino porque además es pancéltico: es una de esas raras divinidades que, por lo que sabemos de los pueblos celtas, podemos encontrar en todos los panteones. Algunos estudiosos postulan que es homólogo al dios nórdico Loki, por el parecido entre los nombres y hechos como la muerte de Balder, equivalente al abuelo Balar de Lug, entre otras cosas.”

De hecho en Europa hay otras ciudades como esta, Lucerna baste como ejemplo, es decir que nuestra historia se remonta a muchos siglos atrás, más de los que creíamos.

Dicho esto, que sepamos, después comerciaron con fenicios, se mezclaron con los pueblos autóctonos, los iberos, y salieron los celtiberos, que estuvieron en lucha entre ellos durante siempre, ayudamos a los cartagineses y después por ello, y aunque no solo por ello, nos invadieron los romanos.

De nuevo el arma en las manos, y guerras sin fin con un ejército organizado, y nuestros ascendientes, como siempre, cada uno por su lado, gente brava nos consideraban los romanos, da fe de ello el alto precio que alcanzaban los esclavos de Iberia en los mercados de la lejana Roma.

En el año 206 antes de Cristo nos dieron para ir pasando, en la batalla de Illipa, y según parece, y a mí me suena, el primer Cónsul, fue un elemento llamado Claudio Marcelo, y que no sé de qué me suena. (Es una de las calles principales de Córdoba)

Y pasamos de campamento romano a Ciudad, Colonia Patricia Corduba, ¡coño que nos cambiaron el nombre!, poco, pero lo cambiaron, pero vamos que el que tiene la porra manda, así que Corduba tenemos, y para rato.

Pero maleables como somos, pronto aprendimos, a las bravas, que es nuestra principal forma de educación, que mejor ser romano vivo que celtibero muerto. A finales del Siglo I antes de Cristo, ya no quedaba un ibero aquí que no estuviera en la ciudad, te integras o desapareces, si no te integras, también.

Después nos sitió Viriato, ¡es que los iberos son!, pensaron los cordobeses romanos, unos barbaros, y nada, que no pudo, y seguimos siendo romanos, que cosas peores hay, sino que se lo pregunten al propio Viriato.

Y crecimos, vaya que si crecimos, nuestro aceite, nuestras comunicaciones, por si no lo sabían, Córdoba tenía un puerto de los mejores que se podían encontrar, protegido, y defendible, con rutas seguras, y las maravillosas calzadas romanas, nos hicieron cambiar las pieles por la toga, y funcionó.

Vaya que si funcionó, un foro teníamos, que es como decir un pequeño parlamento ciudadano, con las mismas corrupciones y corruptelas que un ayuntamiento de ahora, que eso venía con el resto de la cultura.

Crece Corduba, se llena de monumentos, se acuñan monedas en la ciudad, la pasta, que es necesaria para cualquier cosa, nace también aquí, ¡que poder!

Ya éramos Caput Provinviae, es decir Cabeza de Provincia, ahora diríamos capital de la Provincia.

Y nos ponemos del lado de Julio Cesar, contra Varro que defendía a Pompeyo, menos mal, porque el tal Julio, no tenía buen perder, y para celebrarlo va y planta el primer Platanus, el arbolito de las alergias, si ese, que sepáis que estáis jodidos imperialmente cordobeses.

Y como siempre, cordobeses descontentos, no sé qué tenemos, pero el caso es que le pegan un atentado, no con bomba que no había, a alguien llamado Quinto Casio Longino, pretor de César en la Ulterior, al dirigirse a la Basílica de Córduba en el 48 a. C. (este era hermano de Casio, uno de los asesinos de Julio Cesar), después hay un levantamiento de tropas, para no variar, y el romano que se le hinchan y destruye las nobilissimae carisssimaeque possesiones agros aedificiaque, es decir, las posesiones agrícolas de los nobles cordobeses, incluidas sus casas solariegas, más centímetros que crece el suelo en la llana Córdoba, pero que le vamos a hacer, el ser cabroncete, va con el estatuto de Cordobés.

Que sepáis que en aquellos tiempos, Córdoba tenía aduana en el puerto, el lugar, donde ahora se halla el Alcázar de los Reyes Cristianos.

En el año 46 los hijos de Pompeyo proclaman a Córdoba como Corduba Colonia Patricia, dotándola del estatuto Colonial de Hispania, por el que pasaba a concederse a todos los cordobeses la ciudadanía romana, que en aquellos tiempos era como ser americano de los USA, cosas de la vida.

Y para variar estalla una guerra civil, como no, entre Pompeyo y Cesar, ¿de qué lado nos ponemos?, con la clarividencia que nos define, con Pompeyo, Cesar asedia la ciudad que esta comandada por Cneo Pompeyo Magno, Pompeyo el Grande, el Magno, y le da a Cesar en el puente la ciudad, casi seguro en el romano, Cesar se aleja un poco, solo un poco de Corduba, a Ategua, y el invierno pasa, que combatir con frio jode más, pero Cesar es Cesar, y le da a Pompeyo el Grande, la más grande, en la Batalla de Munda, algunos dicen que en Montilla, otros en el puente de Alcolea, donde quiera que fuera, le da la del tigre a Pompeyo, y entra en Córdoba, como no podía ser menos, ya os dije que tenía mal perder, la toma y ejecuta a más de 22.000 cordubenses, arrasando la ciudad, más mala leche que un gato romano, tenía el Julio de los…

Menos mal que en el año 43, en el segundo triunvirato, Corduba vuelve a mayor esplendor, siendo la Capital de la Hispania Ulterior, la de abajo, casi media Iberia, con dos coj….

Y a pesar de las matanzas, de los desastres nacen mentes preclaras, gente que me suena, como Seneca, el preceptor de Nerón, el Obispo Osio, Marco Anneo Lucano, como el antiguo cine, el hermano de Seneca, Lucio Anneo Novato, y muchos más que por su cantidad, así como los monumentos creados en esta época dejamos para mejor ocasión, ya hablaremos de ellos con más tranquilidad.

Aquí descansa el final de la primera parte, sucinta parte de la historia de mi Ciudad, ahora Corduba, en la siguiente….