Las “Ruinas de Córdoba”

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El otro día, vi en uno de los grupos a los que pertenezco, también de Córdoba como los míos, una publicación de alguien, no digo nombres, que proponía la recogida de firmas para la restauración de las puerta exteriores de la Mezquita, en general del exterior de la misma, no sé si tal propuesta ha surgido por mi video acerca del deterioro de las mismas, eso no es interesante, ni viene al caso, salvo para decir que yo, personalmente, soy un enamorado de su belleza, y como este señor, desearía verlas restauradas en todo su esplendor.

Lógicamente, muchos cordobeses de pro, y considero así al que ama su belleza, aun no siendo ni estando aquí, los que se unieron a tal propuesta, la cual es loable, justa y además necesaria.

Pero siempre hay alguien que difiere, eso es lógico y normal, si no seriamos de otro lugar, y comentaba, que siendo el edificio, nadie sabe por qué, de la iglesia, que la pagaran ellos, puesto que el beneficio que se obtiene y la propiedad en sí, son de los mismos.

A priori, podemos pensar que su opinión es negativa, pero no, tiene más razón que un santo, valga el santoral para ello. Lo que aduce, es totalmente cierto, que cada uno arregle lo suyo, no tenemos por qué pagar con nuestros impuestos un bien particular, sea de la iglesia o del sursum corda, que todo queda en casa.

Hasta ahí todo claro, nítido, ambas opiniones tienen razón, no voy a entrar en disquisiciones acerca de la moralidad de la adquisición de la propiedad de muchos elementos por parte de la iglesia, que para eso hay cientos de personas con mucho más conocimiento que yo.

Pero yo me hago, desde mis cortas entendederas, una pregunta, todo esto es cierto, ¿pero todo nuestro patrimonio cultural se está cayendo a trozos?, yo diría que sí, soy persona detallista, y me fijo en muchas cosas que el turista, asombrado por la belleza de algunos edificios, obvia en su bondad.

La Mezquita Catedral, el Alminar de San Juan, las fachadas de muchas de nuestras iglesias, lugares maravillosos cerrados a cal y canto para que el vulgo, entre el cual me incluyo, no profane la belleza de esos lugares, ensuciándola con su mediocre mirada, y puedo relatar durante horas, los apuntalamientos, los abandonos, la desidia, me da igual a quien estén inscritos, y de quien figure como su propietario en el Registro.

¿Por qué?, y baste una mediana inteligencia para deducirlo, la propiedad, real, el usufructo pleno, y el disfrute de los mismos corresponde a los cordobeses, y por supuesto el derecho a la contemplación de los mismos a cualquiera, venga de donde venga.

¿Quién se apropia de nuestros derechos a disfrutar, a que se mantenga y se embellezca lo único que tenemos que puede ponerse en valor?, ¿quién es el miserable que nos lo niega?, me da igual, pero solo tiene un nombre, canalla, que según la RAE, es “Gente ruin, malvada o despreciable”, pues se arrogan derechos que nadie les ha dado.

Porque queramos o no queramos, Córdoba languidece, se va muriendo como la bella a la que nadie se acerca por su belleza, y nosotros que vemos como sube el paro, como decrecemos, como nos convertimos en ciudad fantasma, pese a quien pese, nos dejamos hacer, y que la corriente nos lleve a donde quiera.

Maldita sea nuestra estupidez, que nos merecemos lo que nos pase, he visto cientos de ciudades de calado histórico mínimo, que relucen como el sol, cuidadas como si fueran la hija única en casa del rico, y nosotros, con uno de los patrimonios más grandes de la humanidad, ¡sí, de la humanidad!, imbéciles, nos peleamos como tullidos en un cuadro de Goya.

Por supuesto, se aprovecha lo que hay, que es mucho, con eso nos conformamos, así nos va, ¿qué subimos en visitas?, bien, perfecto, te di treinta monedas de plata, ¿Cuántas me devuelves?, ¿dos?, maldito seas, pues has dilapidado tu herencia. Eso pienso.

No tenemos fábricas, vivimos de los servicios y de la temporalidad de un clima cambiante, nuestros hijos se marchan fuera porque su madre está olvidada de todos, y los padres agarran la boina y dicen “lo que usted diga señorito”, y así nos luce.

Si CÓRDOBA con mayúsculas, estuviera tan cuidada como cualquiera de las ciudades que he visto, posiblemente no habría sitio ni para nosotros, porque la diversidad de aquí, no la hay en ningún lugar del mundo, EN NINGUNO, cojones, que parecemos tontos.

¿Y porque afirmo tal cosa?, recapitulemos, Ibera, Celta, Ciudad Patricia Romana, tierra de Vándalos, de Visigodos, Emirato, Califato, Andalusí, Bereber, Almohade, Almorávide, la ciudad de la Iglesias Fernandinas, Corte Castellana, tumba de Reyes Cristianos… ¿sigo?

Y es una pena que digamos que algo con trescientos años no es antiguo, porque conservamos maravillas que se cuentan en decenas de siglos.

Y esto es lo que pienso, si a alguien molesta lo siento, pero no voy a decir que lo escribo no sea cierto.