Aberraciones

Me despierto temprano, a pesar de dormir poco, siempre me toca guardia de amanecida, y oigo las noticias, cosa que me gustaría no hacer, pero masoquistamente lo hago, y raro es el día que escucho algo que me tranquilice, sea la cadena que sea, de izquierdas o de derechas, a pesar de que lo oculten.

España se diluye, y todo lo que se diluye, se destruye, a fin de cuentas.

¿Qué sucede?, es una pregunta que me hago y para la cual no tengo respuesta clara, solo una concatenación de hechos que a fin de cuentas y a la postre, llevan a lo que está sucediendo.

Pienso, tengo ese problema a pesar de ser español, e intento discernir lo que sucede dentro de la maraña, del cúmulo de informaciones tendenciosas, contradictorias, o simplemente estúpidas que hieren mis oídos.

Hoy, pues el tema es tan extenso como desee, voy a referirme a Pedro Sánchez, el eterno Presidente en funciones de esta democracia bananera.

¿Quién es?, intentaré definirlo, pero no como un superviviente, sino como una comadreja con piel de león, simplemente es el poder en si mismo, la exaltación del ego más rabioso, algo que no se permitiría en otro país, sucede en este reino de taifas, donde los poderes son como drogas que se venden en las esquinas a los enganchados, a los que solo conocen eso, o las coimas.

Sobrevivió a la caza de brujas del PSOE, pero no solo eso, aguantó, como aquel que es portavoz de la verdad absoluta, y derrotó a todos y todas, se agrandó a si mismo en un enorme cristal de amplificación que siempre lleva, y el partido cayó a sus pies, quizás rendido por el cansancio, por la dejadez, o por el hastío, no lo sé, pero triunfó, hay que reconocerlo.

Yo siempre he pensado que es un comunista intentando enrojecer, aun más, al partido socialista, me da esa impresión, y por ello, como todos los portadores de los radicalismos, me hace temerle, pues nada bueno traen aquellos que se creen portadores de la verdad absoluta, eso y el hecho de que, a pesar de todo, a pesar de todos, aun pactando con el diablo, quiera llevar su calendario interno a una tablilla de Moisés, hace que no llegue la ropa al cuerpo, cuando lo veo, enfalconado, con sus guardaespaldas y prosélitos, intentando ser un Mussolini con traje. Que miedo me da.

¿Tenemos otro Maduro?, no lo sé, pero continúo acongojado, o acojonado como decimos aquí, y me repito la pregunta ¿Quién es?, ¿Qué quiere?, y eso solo lo sabe el, y cuando veo que estrecha las manos, manos que evitó con un golpetazo, las de Podemos, me entristece el saber que la política, en este caso, llevada a estos extremos, produce monstruos.

Cuando veo como abrazan, en pos del poder desnudo, a aquellos que intentan destruir este país, que bueno o malo, es el que tenemos, y que si se cambia no será para mejor, se me pone el vello de la nuca como escarpias, y es que, visto lo escrito en la historia, en la memoria de negro sobre blanco, y sabiéndolo olvidado, solo pienso en que los países que no recuerdan su historia, están condenados a repetirla.

Leyendo esto, cualquiera creería que soy de derechas, no es eso, es que he estudiado la historia de mi país, y leí sobre el Frente Popular, el que trae tantos miedos o esperanzas, y siento como este país, lejos de haber aprendido, vuelve a caer en los extremos, en un país que ha tenido mas guerras que ningún otro, en el cual nos hemos matado como animales en pos de una ideología de la que al poco o nadie se acuerda, salvo los de la memoria histórica.

Cuidemos de los vivos, librémonos del mal, venga de la derecha o de la izquierda, dejemos descansar a nuestros muertos, y cuidemos de los demás que aún continúan aquí.