El Regreso de los Muertos

Pablo abandonado, solo, traicionado, pero no es Pablo, solo el Lobo, herido, mil veces destruido, mil veces dado por muerto, y de nuevo resurge, el odio le come las entrañas, todos son enemigos, demonios a los que destruir, matar, todo se ve tras una espesa cortina negra, nada la disipa, nada la atraviesa, el Lobo mata y sigue matando.

Protege a los inocentes, es su sino pero el castigo no tiene comparación, nadie es gris, todo es blanco o negro, le han enseñado el odio, la ira, y el las devuelve como si fuera lo único que ha conocido en su vida.

Fuera de su vida, abandonado por su amor conoce a otra persona, otra ilusión, ¿podrá continuar su camino solo, con las nuevas personas, o con su amor de siempre?, ni sabe, ni su cabeza puede discernir, demasiado odio en el interior.

Solo rompe su soledad el rugido de la nueva amiga inseparable, su motocicleta, la única que le da paz en su atribulada vida, será el refugio que buscará cuando nada tiene sentido, cuando nada está en su sitio, cuando la soledad le alcanza.

Cuando todo parece estar en su lugar, los fantasmas de las alimañas atacan de nuevo, pero Pablo es el Lobo, aún más terrible que el Segador. 

El Lobo ya no es humano, ya no se conoce, realiza acciones que ni él cree, algo se ha apoderado de él, se lo lleva a un mundo aterrador del que nunca saldrá, solo ella, Rosa puede salvarlo, puede hacer que sea Pablo de nuevo.

¿Podrá?

Enemigos salen de todas partes, como ratas aparecen de los sitios más insospechados, lucha contra todo, contra todos, pero es tan fuerte el muro que parece que no podrá romperlo, de todos los lugares salen ratas, ratas enormes, que conocen los lugares que causan más dolor, y el diablo que posee a Pablo, ese es el peor es la herramienta para destruir a los malvados, pero ¿no se llevará a Pablo en el camino?