
Paseo de verano
En la atardecida
Tu traje blanco
Tu cabello mojado
Secándose al aire fresco de la marisma
Cubierto tu pelo
Y el ritmo cansino
De las olas rompiendo
En el olvidado espigón
Paseo de cogidos de la mano
De la mirada perdida
En el bello rostro
De la que aún no crees
Que quiere ser tuya
Que te ama
A ti, que no eres nada
Y el corazón te salta
a su más mínima mirada
Que bella es en la atardecida
Cuando contigo camina,
La arena movida
De sus mágicos pies
Que contigo caminan
Y la magia prosigue
Y el corazón parece morir
Cuando la besas
Tú, que no eres nada
Miras su cara y ves un brillo,
El de esos labios granados
Y el calor de su cuerpo
La perfección de su cara
Y el amor en cada rincón
En cada pliegue de ropa desnudada
Entre la arena, en la playa,
Han pasado mil años
Quizás más me temo
Pero en los fríos y solos días de invierno
Sonrío en la noche
Pues con ella paseo en la atardecida
Y de nuevo beso,
Esos labios granados
Que no han perdido su calor
En estos años pasados.
Pedro Casiano González Cuevas 2.020