
El verano, la noche
La pasión, el calor
Los cuerpos prietos
El sudor del sexo henchido
El empalador
El gemido del sexo herido
La calor de la carne prieta
Del impacto demoledor
Rompe, aprieta
Llega, traspasa,
Nada se rompe
Solo acompasa
Los golpes de carne
A la carne abierta
Fundición de calor
De metal derretido
De fundición
Mientras la caldera
Se contrae sin compasión
Gritos, derrama
Destruida la cama
Y se tensa
Como el acero trenzado
Con la tensión
El último grito
El último empujón
Caldeos de muerte
La vida sigue
El yunque no duerme
Tampoco lo hace
El martillo pilón.