
Rocé las alas de los ángeles
Pero caí de nuevo en el infierno
Me llamaron por mi nombre
Me quisieron llevar en volandas
Me encontré con que subir no podía
Y quedarme no quería
¿Qué hacer, en esta agonía?
Pues manchado al cielo no se entra
Y no quería vivir en la porquería
Me agaché, doble la espalda y supliqué
Pero nadie oyó mis plegarias
Y mi alma, ennegreció, y me derroté
Me deje llevar por mis ansias
Y como humano erré
Mentí, castigué, y profané
Pues aquí está mi estancia
Ya no hay ángeles llamado
Sino caliente sima del infierno
Miro al cielo y no veo nada
Mientras espero que la tierra se abra
Y si en el averno me preguntan
Que hago allí, porque allí estoy
No mirare al cielo, no esperaré la clemencia
Ni siquiera aduciré que padecía demencia
Que un día de locura escuché
De los ángeles su llamada
Y dejaré que mi alma arda
Que la devoren las llamas
En un ciclo sin fin
Sin termino, sin parada
Pues mejor un cierto enfermo
Que un cielo que a fin de cuentas no es, sino nada.