Hoy me Preguntaba…

Hoy me preguntaba porque la mayoría de mis reflexiones son tristes, quizás he tardado en responder una milésima de segundo, quizás menos, era fácil, mi mente la devolvió como si fuera una pelota contra la pared, cuando estoy feliz, no necesito escribirlo.

Respuesta fácil, quizás demasiado, para mí no existe la felicidad absoluta, que no sea la de aquellos que perdieron la mente en su totalidad, y no recuerdan lo que era, la infelicidad, más de lo mismo, la tristeza, se replica en la misma respuesta, tiene grados, de más, de menos, es imposible ser completamente feliz, pero la tristeza es abierta a ser más o menos, así que cuando escribo, en este como en muchos casos, mirando por el cristal a la calle, no es que sea infeliz, que esté triste, es como si algo, consiguiera que las ruedas de mi vida, no se deslizaran con comodidad por la vida.

Hoy, me siento así, miro la ventana, como siempre, no tengo muchas más opciones, y lo que veo a través de los cristales, es lo mismo de días anteriores, de días precedentes, de épocas atrás, y se repite, con la constancia de la sencillez, y como casi siempre, suspiro, hoy también, el frio no lo veo, pero ahí está, la gente que pasea por la calle, no es la misma, seguro que no se repite, pero a fin de cuentas, no es importante, como todo, como el acontecer diario, y continúo mirando por los cristales, contemplando las volutas del humo de un cigarro que mata y da la vida, cosas extrañas de los fumadores, que saben, y no quieren saber, y además de regalo, el vaho que llena el cristal pidiéndome, como si estuviera de nuevo en la infancia, que escriba, ¿el qué?, no lo sé, pero muevo los dedos, ¿qué sale?, solo unas formas infantiles de alguien que hace mucho que dejo de serlo, y además, peor aún, me ha gustado.

Todo se retrata en sí mismo, mi reflejo en el cristal, apenas desvaído, el aliento, las volutas…, acompañantes cotidianos para unos minutos, cuando no horas, de contemplar lo mismo, como si hubiera perdido la cordura, pero no, no es eso, es simplemente…, no sé lo que es…, y bien es cierto que no me importa, me gusta mirar, como si fuera importante, el vidrio que me separa de la realidad, pero que me permite contemplarla.