He Terminado de Escribir otro Libro

He terminado de escribir otro libro, ¿el número?, indecible, increíble, muchos, ¿demasiados?, ni lo sé, ni me importa, el caso es que una vez concluido, con el trabajo de corrección terminado, me encuentro que no tengo nada que hacer, nada viene a mi cabeza.

Juego con el ordenador a extensos y estratégicos juegos, en los cuales se te pierde el tiempo como si lo regalaran, quedándote solo la sensación de que has hecho algo inane, fatal, casi como la masturbación, pero con el placer mas dilatado.

También es el hecho que todo se encuentre dentro de un tarro de incertidumbre, que además es de color oscuro, tan oscuro, que no nos permite ver lo más mínimo de lo que sucede dentro.

¿De qué hablo?, del resultado de las elecciones, que han salido los dados del diablo, en casa de una puta, han pagado para muchos encuentros, incluidos los de los traidores, y mucho me temo que pactará con el diablo por el poder, ¿Qué efecto tendrá esa droga en ese individuo que es capaz de vender a su madre por continuar en el poltrón?, no lo sé, pero debe de ser como un orgasmo cósmico, o aún más grande, porque vender a cuarenta y cinco millones de personas por conseguirlo, clavarlas en la miseria, cambiar lo que te han pedido por ello, tiene que ser la pera.

Además, el cambio climático, que nos quemamos, que el verano es de cojones, lo que no arde, es que no puede arder, aire acondicionado para el que pueda, los viejos que no pueden pagarlo, que se mueran, que ya es hora, el que no lo puede pagar, es que la sabia naturaleza lo ha designado como elemento inútil para la raza… que se muera.

Los moros que nos comen, que nos envenenan, que se quieren hacer más fuertes para putearnos, (de nuevo), malditos sean, que además de chulearnos, se nos meten dentro como si fueran nuestros chulos y nos sacan la pasta, malditos sean mil veces, si malos son los franceses, estos son incluso peor, aunque viendo los políticos que tenemos, madre mía, ¿dónde escoger entre tanto?

Eso y mil cosas más, que no es que no merezca la pena de reflexionar sobre ellas, sino que me canso, para los que nos queda en el convento, mejor nos cagamos dentro, la frase que tenía que estar en nuestras más nobles instituciones, incluidas entidades bancarias, centros de poder y económicos, y cualquier maldita madre que lo merezca, que su número es casi infinito.

Me despido, que me he puesto de una mala leche…