Hace un Par de Días

Hace un par de días termine otro libro, si, otro más, no se publicarán, pero por lo menos me liberan la mente de otros pensamientos a los que soy dado a enfangarme en ellos.

Después del esfuerzo, con la satisfacción de que lo que has hecho está bien, que con eso es suficiente, te viene lo que llamo momentos “Chof”, los de la depre, aquellos en los que todo parecía todo maravilloso, se cambian por fragmentos escritos por un Dante fumado.

¡Como es el cerebro humano!, no vale la continuidad, siempre tienes que llevar la espada levantada, mientras escribes te sientes animado, todo te parece poco, no duermes, la cabeza vuela como un dardo disparado y el corazón se te sale por la boca, y corres, como si fuera lo único necesario en tu mini cosmos, y terminas, y sin darte cuenta te quedas mirando a la pared, sin nada que hacer, ni en la cabeza un argumento, ni una sola línea por escribir, y la vida te cae con su malvado peso, en un momento, en un instante te das cuenta de que estás viejo, de que nada de lo que has hecho vale para nada, sientes ganas de borrar el libro, de destruirlo, y en las noches no cuentas las veces que volteas en la cama, pero son muchas, tantas, que la marea rula menos, y el corazón se te vuelve a salir por la boca, de angustia, de sofoco, de pedir que por la mañana no despiertes, y de vez en cuando, salvador reflejo, piensas que con los días se pasará, que no es miedo a la muerte sino al sufrimiento, de  que la única validez que hace falta es la tuya, que a fin de cuentas…

Por eso, pienso, en mi egoísmo, que, si me hubieran pedido nacer, hubiera dicho que no, a pesar de que la vida me ha dado todo, pero también me lo ha quitado, me ha dado salud, que he reventado de tanto trabajar, y al final, una vida a la que le ves el final, incierto, triste, de manual de recetas de termomix, pagina 25, accesorios, la muerte le sobrevendrá…

Otra locura más, y sigues mirando a la pared, esperando que te conteste a la pregunta que hiciste mil años atrás, ¿y qué?