Mal día escojo para mi diatriba, pero es lo que hay, que no existe buen momento para hablar de lo que es justo, y sin embargo duro de hacer, cuando dormitamos en la pereza, en la desidia, como si fuéramos apenas chanchos dignos de un matadero.
Hemos creado un delito, que es el llamado “Apología de la violencia”, bien sea, si fuera bien parido, pero como mal aborto, nos obliga a seguir con las cabezas gachas, mientras nuestras espaldas huelen a pecho de político podrido.
Quizás con este escrito caiga en ello, no es mi deseo, pero tampoco me impedirá decir lo que pienso, joda a quien joda, aunque sea a mí, valga por lo a gusto que me estoy quedando, pero continuemos que no quiero divagar.
Y hablo de la rebelión, mejor dicho, de la REBELION, que no se quede en equivocación, valga repetido y posterior escrito en mayúsculas, ¿pero que es eso?, pues suena que mete el miedo en el cuerpo.
“El derecho de rebelión, derecho de revolución o derecho de resistencia a la opresión es un derecho reconocido a los pueblos frente a gobernantes de origen ilegítimo o que teniendo origen legítimo han devenido en ilegítimos durante su ejercicio, que autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza con el fin de derrocarlos y reemplazarlos por gobiernos que posean legitimidad”
Esto es de Wikipedia, unos de los pocos lugares donde la lógica funciona a pesar de los millones de desafueros que tiene, mínimos con respecto a la mayoría de las fuentes de información.
Pero vamos, que esto no es nuevo, ya Platón, hablaba de ello, no hace tantos miles de años, después… bueno, después para aburrir.
Incluso en la temerosa Declaración Universal de Derechos Humanos, que poco pone la mano en el fuego, ni siquiera una uña, en el preámbulo, aparece “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”, esto que parece obvio, cuando se escribe en ella, debe de ser de lo más importante, pues pocos documentos son tan ambiguos y miedosos como ese.